La “Guerra Económica” se transformó en una Conchupancia
Gobierno-Fedecamaras.
Por:
Pedro Patiño
Red Bolivariana
Al
capitalismo lo han enterrado muchas veces, y el condenado emerge con mucho más
fuerza. Sus enterradores quedan enterrados. Desde la Revolución Industrial
hasta nuestros días el Gran Capital se ha beneficiado de las fuerzas de trabajo
de millones de millones de seres humanos, ha depredado el ambiente de una forma
colosal, ha utilizado el capitalismo bélico para destruir naciones enteras, en
nombre de la “libertad”, mientras, todo el mundo sabe que, es en nombre del
gran capital. Países enteros soportan en sus lomos, a los países industrializados.
Regalan sus materias primas, ofrecen su mano de obra, envían a sus “cerebros”
para que el capitalismo siga trasmutandose en devorador de hombres y mujeres.
El capitalismo es el fabricante de la economía de mercado y esta, es la que
engendra en grado sumo el consumismo. El consumismo exacerbado vomita sus
desechos contaminando el ambiente, parece ser que no hay nada en el mundo que pueda
parar esto. Venezuela realizó unos amagos solamente. El gran capital vuelve por
sus fueros, ahora el gobierno de Nicolás Maduro hace concesiones, para que produzca
más. La pregunta necesaria es: ¿Qué va a producir?
La producción y la productividad
son variables que necesariamente necesitan de mano de obra. Esta mano de obra
debe ser cualificada, calificada y cuantitativamente bien pagada. Los obreros
especializados buscan trabajar en sectores de la economía donde exista una compensación
salarial que satisfaga la venta de su fuerza de trabajo y cubrir sus
necesidades de consumo y de calidad de vida. Hoy en Venezuela vemos que, el sector
terciario o de servicios acapara a muchos jóvenes recién graduados que,
prefieren, irse a un franquiciado que emplearse en una industria.
Este es uno de los grandes
problemas que tiene Venezuela, por esta vía lo hemos comentado, el sector
servicios va arropando al sector secundario de nuestra economía.
El otro gran problema es el
aparato industrial. Nuestros industriales nunca han invertido en mejorar,
modernizar sus operaciones. Aquí la productividad es exigua. Pocos industriales
han invertido en sus maquinarias, el resto-la gran mayoría- solo se adueñaron
de los créditos blandos, subvenciones y subsidios para elevar los ceros a la
derecha en sus cuentas bancarias en los paraísos fiscales. ¿Quién dice que esta
historia no podría repetirse?. Los industriales y comerciantes venezolanos son
los mismos desde los tiempos de Gómez. Nada ha cambiado, podemos decir que los
mismos apellidos que usufructuaron las riquezas de la nación, para construir fábricas
en función de sus intereses personales y no del colectivo-nación, son los mismos.
Es a esta gente, que el gobierno de Nicolás Maduro, que heredo el legado de Chávez,
va a ofrecerle créditos blandos, subvenciones y otras figuras financieras?
Hay que tener claro algo.
Nuestra dirigencia empresarial es capitalista hasta los tuétanos. La elite
gerencial nacional rinde tributo al neoliberalismo y la globalización, su
mentalidad y cultura empresarial va de la mano a las trasnacionales del gran
capital mundial. Sus vástagos o retoños se han formado en universidades estadounidense
donde el trabajo es sinónimo de mercancía y, la explotación del ser humano es
un deber ser. Allí vemos como el discurso de CEDICE y de los egresados del
IESA, se parece tanto a las ideas neoliberales de la economía norteamericana.
Este nuevo contubernio entre
Gobierno y empresarios debe ser estudiado y analizado muy bien. No se trata de darle
una patada a la mesa de diálogo de paz económica. Sino, crear, las bases, de un
nuevo modelo de crecimiento y desarrollo. De “paquetes” tenemos vasta
experiencia, todas negativas. Desde la liberación de los precios cuando CAPII,
hasta la “apertura” de CalderaII. No queremos más “paquetes”, envueltos en
vistoso papel de regalo.
Tratar de enmendar un error histórico
que nos ha perseguido durante un siglo, de no poder construir una economía propia,
que ayudada por los petrodólares para hacerla diversificada. Ahora, cometer un
error gravísimo, que sería apostar a que el capital monopolista nacional y
extranjero se entrelaza con la propiedad estatal.
El libre mercado y la
competitividad es el signo de la economía de mercado, esta engendra divisiones,
en el área laboral, en la sociedad, etc. No podemos aplicar algo que ya sabemos
es una aberración a futuro. Venezuela a duras penas es un país capitalista, su economía
de mercado es ineficiente, la oferta y la demanda no se cumplen, los precios
son fijados según la óptica de los funcionarios del estado o según el cristal
por donde mira el empresario. Nuestras reglas de juego económico no están
claras. Así difícilmente podemos construir una economía eficiente. Como lo
hemos dicho en más de una oportunidad, la dirigencia política y económica del
gobierno debe manejar un pensamiento económico, que este bien lejos del
rentismo petrolero, quitarse ese chip, que tanto nos ha hecho daño. La
dirigencia empresarial, sobre todos los yuppies, deben asumir un nacionalismo
industrial. Sin estas cualidades, no llegaremos a ninguna parte.
Para concluir, debemos
meterle la lupa a los oligopolios que al fin al cabo son monopolios. También a
la publicidad grosera que induce al consumidor a buscar productos que su
consumo exacerbado da problemas de salud a mediano y largo plazo. Ojala, el legado
de Chávez no se diluya, por estos problemas estructurales de nuestra economía.
Saludos Cordiales, RAS, SXXI
venezuelaeconomicaypolitica.wordpress.com
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