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Entrevista por RNV, La Derecha Oposicionista

miércoles, 23 de mayo de 2007

Articulo Excelente de Bertolt Brecht

CINCO DIFICULTADES PARA QUIEN ESCRIBE LA VERDAD

Enviado Por: Martin Guedez

Quien hoy pretenda combatir la mentira y la ignorancia y escribir la verdad, debe superar, cuando menos cinco dificultades. Debe tener el valor de escribir la verdad, aunque en todas partes la sofoquen; la sagacidad de reconocerla, aunque en todas partes la desfiguren, el arte de hacerla manejable como arma: el juicio de escoger aquellos en cuyas manos resultará más eficaz; la maña de propagarla entre éstos. Tales dificultades son grandes para quienes escriben bajo el fascismo, pero existen también para los desterrados o prófugos y son válidas hasta para los que escriben en los países de la democracia burguesa.
I. EL VALOR DE ESCRIBIR LA VERDAD
Parece hecho obvio que quien escribe, escriba la verdad, es decir, que no la sofoque o calle, o no diga cosas falsas; que no se pliegue ante los poderosos ni engañe a los débiles. Cierto, es bastante difícil no plegarse ante los poderosos y bastante ventajoso engañar a los débiles. Desagradar a los poseedores, significa renunciar a la propiedad. Renunciar al pago por el trabajo hecho, puede quererdecir renunciar al trabajo y rechazar la fama entre los potentados, significa a menudo rechazar toda la fama. Hacerlo requiere valor.
Los tiempos en que la opresión es grande son casi siempre tiempos en que se discurre mucho sobre cosas grandes y elevadas. Se necesita valor, en tales tiempos, para hablar de cosas pequeñas y mezquinas, como la alimentación v la vivienda de los trabajadores, mientras alrededor se dice que sólo el espíritu de sacrificio cuenta.Cuando se ensalza continuamente a los campesinos, es valeroso hablar de máquinas y forrajes a buen precio, capaces de facilitar aquel trabajo tan elogiado. Cuando todos los altoparlantes vociferan que es mejor el hombre sin conocimientos niinstrucción, que el instruido, se necesita valor para preguntar: ¿mejor para quién?Cuando se habla de razas perfectas e imperfectas, es valeroso preguntarse si el hambre, la ignorancia y la guerra no producen cierta deformidad.
Asimismo se necesita valor para decir la verdad sobre sí mismo, sobre nosotros mismos, los vencidos. Muchos que son perseguidos, pierden la facultad de reconocer los propios defectos. La persecución parece la más grave injusticia, los perseguidores, ya que persiguen, son los malvados; ellos, los perseguidos, son perseguidos por su bondad. Pero esta bondad fue golpeada, vencida, esposada; luego era bondad débil, defectuosa, insostenible, que no contaba, porque no es lícito admitir como propia de la bondad la debilidad, como se admite que la lluvia debe ser mojada. Decir que los buenos fueron vencidos, no por buenos, sino por débiles, requiere valor.
La verdad no puede escribirse sino en Iucha contra la mentira ni puede expresarse de modo genérico, elevado, ambiguo. A tal especie, esto es, genérica, elevada, ambigua, pertenece exactamente la mentira. Hablar de alguien que dijo la verdad implica que antes algunos, muchos, o uno solo, dijeron algo distinto, unamentira o cuestiones genéricas; él en cambio dijo la verdad, esto es, algo práctico, concreto, irrefutable, precisamente lo que se necesitaba.
Poco valor se necesita en cambio para lamentarse, en general, de la maldad del mundo, del triunfo de la brutalidad y para sacudir la amenaza que flota sobre el espíritu, cuando se vive en una parte del mundo en que eso aún se permite.Muchos se comportan entonces como si estuvieran bajo el tiro de los cañones, cuando sólo están bajo el tiro de los binóculos. Van gritando sus vagas reivindicaciones en el mundo amigo de la gente inocua; demandan, genéricamente, la justicia, pero nunca hicieron nada por tenerla y piden genéricamente la libertad, la de obtener parte de aquel botín antes largamente repartido con ellos. Encuentran verdadero sólo cuanto les suena bien. Si la verdad tiene que ver con cifras, con hechos, si es cuestión árida, cuyo hallazgo exige pena y estudio, entonces no les corresponde, nada tiene que los embriague. Sólo exteriormente se comportan como los que dicen la verdad. El mal que sufren es no saber la verdad.
II. LA SAGACIDAD DE RECONOCER LA VERDAD
Ya que es difícil reconocer la verdad, que por doquier sofocan, muchos creen que escribirla o no escribirla es problema de carácter; creen que basta el valor; y olvidan la segunda dificultad: encontrar la verdad. En ningún caso se podrá decir que encontrarla sea fácil.
En primer lugar, no es fácil darse cuenta de cuál verdad vale la pena decir. Hoy, por ejemplo, ante los ojos del mundo entero, los Estados de gran civilización se sumergen, uno tras otro, en la extrema barbarie, y además todos saben que la guerra interna, conducida con los medios más despiadados, puede, de un día a otro, transformarse en otra exterior, reduciendo quizá nuestro Continente a un montón de escombros. Esta, sin duda, es una verdad; pero, naturalmente, existen además otras verdades. También es cierto que las sillas sirven para sentarse, y que la lluvia cae de arriba para abajo. Muchos poetas escriben verdades de esta especie, similares a pintores que cubrieran con naturalezas muertas las paredes deun barco que se hunde. Nuestra primera dificultad, para ellos no existe, a pesar de tener la conciencia en su sitio. Sin dejarse turbar por los potentados, pero no menos imperturbables para oír los gritos de quienes sufren la violencia, avanzan vendiendo sus imágenes.La absurdidad de su comportamiento les provoca "profundo” pesimismo, que venden caro y resultaría más justificado en los otros, frente a tales maestros v tales ventas. Y, es necesario decirlo, no es tan fácil reconocer que las suyas son verdades del género de aquellas sobre las sillas y la lluvia: ya que, por lo general, suenan bien distinto, como si fuesen verdades que serefirieran a las cosas importantes, y la creación artística consiste, precisamente, en conferir importancia a una cosa.Sólo mediante cuidadosa observación se puede reconocer que no dicen sino que la silla es silla y que nadie puede hacer nada si la lluvia cae de arriba para abajo.
Esta gente no sabe encontrar la verdad que vale la pena escribir. Otros, al contrario, se ocupan realmente de las tareas más urgentes, no temen a los potentados ni a la pobreza y no obstante todo, no encuentran la verdad. Les faltan las nociones más necesarias. Están llenos de viejas supersticiones, de prejuicios famosos, cuya feliz formulación se remonta a las más lejanas edades. Para ellos el mundo es demasiado complicado: no conocen los hechos ni ven las relaciones.
Además de la intención se requieren nociones accesibles v métodos quo se pueden aprender. Aquellos que en nuestra época escriben informes complicados sobre grandes cambios, deben conocer el materialismo dialéctico, la economía y la historia. Son nociones adquiribles en los libros, mediante enseñanza práctica, aún cuando no sea inmediata la aplicación necesaria. Muchas verdades, partes de verdades o situaciones de hecho que llevan a encontrar la verdad, se pueden describir con más facilidad. Cuando se busca, es bueno tener método, pero se puede encontrar aún sin método y hasta sin buscar. En esta forma casual quedará, sin embargo, casi excluida la posibilidad de representar la verdad, de tal manera que los hombres, gracias a tal representación, sepan cómo deben obrar.
La persona que anota sólo pequeños hechos, no tiene capacidad de hacer manejables los problemas de este mundo. Pero la verdad tiene este fin y ningún otro. Aquella persona no está a la altura de escribir la verdad.
Cuando no está listo para escribir la verdad y es capaz de reconocerla, quedan aún tres dificultades por superar.
III. EL ARTE DE HACER LA VERDAD MANEJABLE COMO ARMA
La verdad debe ser dicha para sacar de ella determinadas conclusiones sobre el propio comportamiento. Como ejemplo de verdad que no permite sacar conclusiones, o sólo conclusiones equivocadas, sirve la opinión, largamente difundida, según la cual las condiciones deplorables que reinan en ciertos países provienen de la barbarie. Tales opiniones miran el fascismo como ola de barbarie, que sumerge ciertos países, como catástrofe natural.
Según esta opinión el fascismo es la nueva tercera fuerza, al lado del capitalismo y del socialismo (y por encima de ellos); por tanto, no sólo el movimiento socialista, sino también el capitalismo, continuarán existiendo sin el fascismo. El fascismo es una fase histórica, en la cual entró el capitalismo y, por lo mismo, es algo viejo y nuevo a la vez. En los países fascistas el capitalismo no existe sino como fascismo y el fascismo no puede ser combatido sino como capitalismo, como la forma más escueta, más descarada, más opresiva y engañosa del capitalismo.
¿Cómo alguien que quisiera combatir el fascismo, podría decir la verdad sobre él, si no quiere decir nada contra el capitalismo que lo engendra? ¿Cómo convertir en practicable esta verdad?
Aquellos que están contra el fascismo, sin estar contra el capitalismo, que se lamentan de la barbarie que origina la barbarie, se parecen a los que quieren comer su tajada de ternera, pero no quieren que se mate la ternera. Quieren comerse la ternera, pero no quieren ver sangre. Basta que el carnicero se lave las manos antes de llevar la carne. No están contra las relaciones de propiedad quecausan la barbarie, sino sólo contra la barbarie. Protestan contra la barbarie, en países donde existen, precisamente, las mismas relaciones de propiedad, pero donde los carniceros se lavan aún las manos antes de servir la carne.
Las acusaciones explícitas contra ciertas medidas bárbaras pueden ser eficaces durante cierto tiempo, mientras aquellos que las oyen estén seguros de que medidas similares no serán nunca aplicadas en sus países. Algunos países están en capacidad de mantener sus relaciones de propiedad con medios menos brutales que otros. La democracia presta tales servicios, para los cuales otros necesitan usar la violencia; garantiza la propiedad de los medios de producción. El monopolio de las fábricas, las minas, la tierra, crea en todas partes condiciones bárbaras, solo que allí son menos visibles. La barbarie se hace evidente tan pronto se precisa la violencia abierta para proteger el monopolio.
Algunos países que no se han visto aún obligados, para salvaguardar estos monopolios, a renunciar también a las garantías formales del Estado constitucional y a cosas agradables como el arte, la filosofía y la literatura, escuchan con particular complacencia a los huéspedes que acusan a su propia patria de haber renunciado a tales comodidades, ya que esto puede ser útil en la guerra que prevén. ¿Reconocen la verdad los que, por ejemplo, exigen en voz alta la lucha despiadada contra Alemania: "porque es la verdadera patria del mal en nuestra época, la sucursal del infierno, la morada del anticristo"? Cabe decir que se trata de gente estulta, impotente y nociva. La conclusión de tales vaniloquios sería, en realidad, querer exterminar a Alemania: todo el país, con todos su hombres, ya que el gas, cuando mata, no escoge culpables.
Las personal superficiales, que no conocen la verdad, se expresan en forma genérica, elevada e imprecisa. Estúpidamente acusan a "los" alemanes, se lamentan "del" mal, y, en el mejor de los casos, el que los escucha no sabe qué hacer. ¿Decidir, quizá, no ser alemán? ¿El infierno desaparecería si fuese bueno? Tambiénlos discursos sobre la barbarie originada por la barbarie, son de la misma especie.Al oírlos, la barbarie viene de la barbarie, y desaparece con la civilización, que viene dc la instrucción. Todo esto se expresa en forma bastante genérica, no en vista de conclusiones sacadas de la acción y en el fondo no se dirige a nadie.
Semejante modo de representar las cosas muestra pocos eslabones de la concatenación causal y presenta ciertas fuerzas motrices como incontrolables. Tal método de representar las cosas contiene mucha oscuridad, detrás de la cual se concentran las fuerzas que generan la catástrofe. ¡Un poco de luz, y apareceránhombres en la base de la catástrofe! Ya que vivimos en una época en que el destine del hombre es el hombre.
El fascismo no es catástrofe natural, cuya clave se pueda hallar simplemente en la "naturaleza" del hombre. Pero hasta de las catástrofes naturales se puede hablar en forma digna del hombre, en forma de hacer un llamado a su energía combativa.
Después del gran terremoto que destruyó a Yokohama, en muchas revistas norteamericanas se veía la extensión de ruinas. Debajo, decía: “steel stood" (el acero quedó) y, en realidad, quien veía sólo las ruinas en la primera ojeada, por estar más atento a la lectura del texto, notaba algunos edificios muy altos quequedaron de pie. Entre todas las posibles maneras de hablar de un terremoto, sin comparación, la más importante es la de los ingenieros, que calculando los deslizamientos del terreno, la violencia de las sacudidas, el calor desarrollado, etc., llegan a nuevas construcciones antisísmicas.
Quien quiera describir el fascismo y la guerra, las grandes catástrofes que no son catástrofes naturales, debe alcanzar una verdad susceptible de traducirse en la práctica. Debe demostrar que se trata de catástrofes en contra de la enorme masa de los que trabajan sin medios propios de producción, provocadas por los poseedores de tales medios de producción.
Cuando se quiere escribir con eficacia la verdad sobre ciertas condiciones deplorables, se requiere escribirla de tal manera que se puedan reconocer las causas evitables. Cuando las causas evitables se reconocen, las condiciones deplorables pueden combatirse.
IV. EL JUICIO DE ESCOGER A LAS PERSONAS EN CUYASMANOS LA VERDAD SE HACE EFECTIVA
Gracias a la secular rutina que rige el comercio de los escritos, en el mercado de las opiniones y de las figuraciones, es decir, gracias al hecho de que el escritor no debía ya cuidarse de vender sus escritos, se afirmó en el escritor la convicción de que su cliente o comitente, el mediador, ponía sus escritos a disposición de todos.El pensaba: yo hablo, y quien me quiera escuchar, me escuchará. En realidad, él hablaba, y quien podía comprarlo, lo escuchaba; sus palabras no eran oídas por todos, y quien las oía, no quería oírlas todas. De esto se ha hablado con insistencia, aunque no bastante; sólo cabe subrayar que "escribir para alguien" secambió en "escribir".
La verdad no se puede, simplemente, escribir; es indispensable escribirla para que alguien sepa usarla. El conocimiento de la verdad es un proceso que escritores y lectores tienen en común. Para decir cosas buenas, se necesita saber escuchar bien y oír cosas buenas. La verdad debe ser dicha con medida y oída con medida.Y, para nosotros, que escribimos, es importante saber a quién la decimos y quién la dice.La verdad sobre ciertas condiciones deplorables debemos decirla a los que bajo tales condiciones sufren más que todos los otros: y de ellos la debemos aprender.No basta hablar a las personas que poseen opinión configurada: es necesario también hablar a las que, dada su situación convendría dicha opinión. Nuestro auditorio cambia constantemente.
También se puede hablar a los verdugos, cuando no se les paga más por colgar o cuando su profesión se vuelve demasiado peligrosa. Los campesinos bávaros estaban contra cualquier tipo de subversión, pero cuando la guerra duró demasiado y sus hijos, al volver a casa, no encontraron trabajo en las granjas, comenzaron a ser subversivos.
Es importante para quienes escriben encontrar el tono justo para decir la verdad.Lo que comúnmente se oye está dicho en el tono débil y lamentoso, de personas incapaces de matar una mosca. Quien lo ove, encontrándose en la miseria, se siente más miserable. Así hablan muchos hombres que tal vez no son nuestros enemigos, sino más bien compañeros de lucha. La verdad es combativa: no sólocombate la mentira, sino a determinadas personas que la propagan.
V. LA MAÑA DE PROPAGAR LA VERDAD ENTRE MUCHOS
Hay muchos, orgullosos de tenor el valor de decir la verdad, felices de encontrarla, cansados, quizá, del fatigante trabajo de darle forma manejable, impacientes por verla en posesión de aquellos cuyos intereses defienden, a quienes no parece necesario usar de particular maña para divulgarla. Así el esfuerzo de sutrabajo se desvanece. En todos los tiempos se usó la astucia para difundir la verdad, cuando la sofocaban o desfiguraban.
Confucio falsificó un viejo y patriótico calendario histórico. Sólo sustituyó ciertas palabras. Donde decía: "El soberano de Kun hizo matar al filósofo Wan, por decir esto y aquello", Confucio, en lugar de "matar", ponía "asesinar". Si decía que el tirano tal, de los tales, cayó víctima de un atentado, ponía "ajusticiado". Con esto, Confucio inició una nueva forma de juzgar la historia.
Los que en nuestros días en lugar de "pueblo' dicen "población' y en lugar de "suelo" dicen "propiedad territorial", evitan dar crédito a muchas mentiras: porque despojan las palabras de su marchito misticismo. El término "pueblo" significa cierta unidad e indica intereses comunes, debería, por tanto, usarse solo cuando sehabla de diversos pueblos, único caso imaginable de comunidad en intereses. La población de un territorio dado tiene intereses diversos, y hasta opuestos; esta verdad pretenden sofocarla. También los que dicen "suelo" y hacen perceptible a las narices y los ojos el campo que describen y hablan de su olor de tierra y su color, favorecen la mentira de los potentados; porque, en el terreno, la fertilidad no tiene importancia y menos el amor o el cuidado que el hombre le prodiga. Lo importante en verdad es el precio del trigo y el precio del trabajo. Los que sacan utilidades de la tierra no son los mismos que sacan los granos y el olor de tierraque emana de los campos, se ignora en las Bolsas, que huelen a cosas bastante diferentes. “Propiedad territorial" es, al contrario, el término justo; con él es menos fácil embrollar.
En donde reina la explotación, el término disciplina debe sustituirse por obediencia, ya que la disciplina es también posible sin los potentados, por lo mismo, tiene más nobleza que la sumisión. La expresión dignidad humana es mejor que el término honor, así el hombre solo no puede desaparecer con tanta facilidad delcampo visual. Se conoce la clase de ralea que suele adelantarse a defender el honor de un pueblo: y con cuanta prodigalidad los saciados dispensan honores a quienes los sacian, sufriendo hambre.
La maña de Confucio se puede usar aún hoy. Él sustituía los juicios injustos, sobre ciertos acontecimientos nacionales, por otros justos.
El inglés Tomás Moro, en una utopía, describe un país cuyas condiciones de vida eran justas: ¡bastante diverso del suyo, pero semejante en muchas cosas, menos en las condiciones de vida!
Lenin, amenazado por la policía del Zar, quería describir la opresión y los abusos de la burguesía rusa en la isla de Sajalín. Escribió "Japón" en lugar de "Rusia", "Corea" en lugar de "Sajalín", y el escrito no fue prohibido, ya que el Japón era enemigo de Rusia. Muchas cosas que en Alemania no se pueden decir sobre Alemania, son lícitas cuando se habla de Austria.
Muchas mañas son posibles para eludir la suspicaz vigilancia del Estado.
Voltaire combatió la creencia en los milagros de la Iglesia, escribiendo un poema galante sobre la Doncella de Orléans. Describió milagros que sin duda sucedieron para que en el ejército, en la corte y entre monjes, Juana permaneciese virgen.Con la elegancia de su estilo, al describir aventuras eróticas, inspiradas en la vida lujosa de los poderosos, inducía a éstos a abandonar la religión, que les proveía de medios para tal vida disoluta. Además, consiguió la oportunidad de hacer llegar porvías ilegales sus trabajos, a aquellos a quienes estaban destinados; sus lectores pertenecían a las clases dominantes, pero lo divulgaban y toleraban su difusión, traicionando así a la policía que protegía sus diversiones.
El gran poeta Lucrecio dice de modo explícito que pone gran confianza en la belleza de sus versos, para la difusión del ateísmo epicúreo.
La alta calidad literaria puede, en forma efectiva, constituir la pantalla para ciertos escritos. Pero, a menudo, despierta sospechas. Este caso se da, por ejemplo, cuando se sirve de la vilipendiada novela policíaca para introducir, como quien no quiere la cosa, la descripción de condiciones deplorables. Descripcionessimilares Justificarían, sin duda, la novela policíaca.
El gran Shakespeare redujo el tono literario, por razones bastante menos importantes cuando, a conciencia, imprimió aquella forma débil e ineficaz al discurso con que la madre de Coriolano afronta al hijo a punto de atacar la ciudad paterna.Ella quería que Coriolano detuviese la marcha de su plan, no a causa de argumentos válidos o de profunda emoción, sino por cierta inercia que lo hacía ceder a una vieja costumbre.
En Shakespeare encontramos también un ejemplo de verdad difundida con maña, en el discurso de Antonio junto al cadáver de César. Antonio reitera que el asesino de César, Bruto, es hombre honorable, pero a la vez, narra su delito que describe en forma más eficaz a la usada para describir al reo; el orador se deja vencer porlos hechos mismos, dándoles mayor elocuencia que a "sí mismo".
Un poeta egipcio, que vivió hace cuatro mil años, se sirvió de método similar.Era época de grandes luchas de clases. La clase dominante se defendía con gran trabajo de su múltiple adversario -la parte de la población dominada hasta entonces. En el poema, un sabio se presenta en la corte reinante, exhortando a la lucha contra el enemigo interno. Larga, insistentemente. describe el desordencausado por la insurrección de las clases oprimidas. La descripción dice:
¿No es así? Los nobles llenos de dolor, los humildes de gozo.Cada ciudad dice: arrojad a los fuertes de nuestro medio.¿No es así? Las oficinas públicas abiertas; los registros tornados; los esclavos se vuelven amos.¿No es así? El primogénito de notables no se reconoce; el niño de la señora se convierte en hijo de su esclava.¿No es así? Los ciudadanos atados a ruedas de molino. Salen los que nunca vieron el día.¿No es así? Despedazan los cofres de ébano para sacrificios; con la preciosa madera de Sesnem hacen lechos.Mirad, en una hora la residencia sometida.Mirad, los pobres se enriquecen. Mirad, el que no tenía pan, ahoraposee granero; cuyas provisiones son bienes de otro.Mirad cómo beneficia al hombre el alimento.Mirad, el que no tenía trigo, ahora posee graneros; los que pedían trigo a los pobres, ahora lo distribuyen.Mirad, el que no tenía yugo de bueyes, ahora posee manada; el que no tenía buey para arar, posee rebaños.Mirad, el que no podía construirse un cuarto, posee cuatro paredes.Mirad, los consejeros tratan de refugiarse en los pajares; el que no osaba descansar sobre la muralla ahora tiene lecho.Mirad, el que nunca construyó barca para sí, ahora tiene naves; nopertenecen al propietario que va a verlas.Mirad, los que tenían vestidos, ahora se cubren con harapos; el que nunca tenía para sí, ahora tiene lino finísimo.El rico duerme sediento; el que antes pedía las gotas de sus vasos, ahora posee cerveza fuerte.Mirad, el que no sabía nada de música, ahora tiene arpa; el que nocantaba, ahora estima la música.Mirad, el solitario, que dormía sin compañera, ahora encuentra mujer; los que se miraban el rostro en el agua, ahora poseen espejo.Mirad, los que dirigían los negocios del país, caminan sin encontrar qué hacer. A los grandes no les entregan mensajes: el que antes los llevaba, ahora manda a otro...Mirad, hay cinco hombres, mandados por sus amos. Ahora dicen:caminad: nosotros llegamos.
Es evidente que esta descripción presenta el desorden que parecía muy deseable a los explotados. Pero sería difícil inculpar al poeta. Su condena del desorden es explícita, aunque no resiste...
En un panfleto, Jonathan Swift propuso, para traer el bienestar al país, salar a todos los niños de los pobres y venderlos como carne. Hizo cálculos exactos, que demostraban como se podía economizar, siempre y cuando se prescindiera de escrúpulos. Swift se hacía el tonto. Defendía con mucho celo y precisión ciertomodo de pensar que detestaba; aplicándolo en este ejemplo desenmascaraba toda la infamia. Cualquiera podía ser más inteligente que Swift, o al menos más humano, sobre todo los que hasta entonces no consideraban las consecuencias que resultande ciertas opiniones.
La propaganda para que las personas razonen y piensen por cuenta propia, en cualquier campo que se haga, siempre sirve a la causa de los explotados. Esta propaganda es altamente necesaria. Bajo los gobiernos que prodigan abusos, razonar se considera cosa vil.
Se juzga vil lo útil a los explotados. Asimismo se considera despreciable la ansiedad continua por comer hasta saciarse, se condena el desprecio a los honores prometidos a los defensores del país, donde aguantan hambre; las dudas ante el conductor que lleva a la ruina, la aversión al trabajo que no nutre a quien lo hace;rebelarse contra la imposición del comportamiento insensato; el desinterés por la familia que no necesita interés. Se insulta a los hambrientos por su voracidad, a los que nada tienen que defender por su cobardía, a los que dudan de su opresor por las dudas sobre su propia fuerza, a los que quieren hacerse pagar el trabajo que realizan por su pereza, etc.
Bajo gobiernos similares, pensar, en general, se considera cosa vil y desacredita. No se enseña a pensar y donde el pensamiento se manifiesta, se persigue. No obstante, siempre hay campos donde se puede señalar, sin peligro, los buenos efectos de la razón; campos donde la dictadura la necesita.
Se puede mostrar, por ejemplo, los éxitos de la razón en el campo de la ciencia militar y la técnica. También para remediar las insuficiencias de la reserva lanar, gracias a la organización y la invención de sustitutos, se necesita la razón. El empeoramiento de los alimentos, el adiestramiento de los jóvenes para la guerra, exigen razón; esto se puede describir. En cambio puede evitarse con maña la exaltación de la guerra, del impensado fin de tanto esfuerzo cerebral; el razonamiento que deriva de la pregunta: “¿Cuál es el mejor modo de llevar la guerra?”, puede llevar a la pregunta: “¿Tiene sentido esta guerra?”; y se puede llegar también a la pregunta: “¿Cuál es el mejor medio de evitar una guerra insensata?”
Cierto, en la práctica resulta imposible formular tales preguntas en público. ¿Es imposible disfrutar del modo de pensar que se propaga, es decir, hacerlo eficaz? Al contrario: es posible.
Para que en época como la nuestra sea posible la explotación, que permite a la parte de la población (más pequeña) explotar a la otra (más grande), es indispensable una actitud particular de la población, actitud fundamental que debe extenderse a todos los campos.
Un descubrimiento en el campo de la zoología, como el del inglés Darwin puede, de un momento a otro, convertirse en peligro para los explotadores; no obstante, sólo la Iglesia se ocupó de ello, mientras que la policía de nada se dio cuenta.
En estos últimos años los experimentos de los físicos llevan a ciertas conclusiones en el campo de la lógica, que sin duda representan peligro para toda la serie de dogmas al servicio de la explotación.
Hegel, el filósofo estatal de Prusia, que acometió difíciles búsquedas en el campo de la lógica, procuró a Marx y Lenin, los clásicos de la revolución proletaria, métodos de incalculable valor.
Las diversas ciencias se desarrollaron con bastante complejidad, pero en forma desigual y el Estado es incapaz de vigilar cada punto. Los precursores de la verdad pueden escoger un campo de batalla relativamente inobservado.
Todo depende del hecho de que se enseñe un modo justo de razonar; una forma de razonar que interrogue por cada cuestión y cada acontecimiento, desde su lado transitorio y mutable. Los poderosos son muy hostiles a los grandes cambios.Quisieran que todo permaneciera como está, posiblemente durante mil años; ¡que la Luna se detuviese, que el Sol no girase más! Entonces ninguno tendría hambre ni pretendería comer por la tarde. Después de que ellos disparen, el enemigo nodebe poder disparar, su golpe debe ser el último. Considerar las cosas dándole importancia a su lado transitorio, es buen sistema para reanimar a los explotados.Mostrar que en cada cosa, en cada estado de cosas, surge y crece una contradicción, también es hecho que se necesita oponer a los vencedores.
Parecido modo de razonar (esto es, la dialéctica, la doctrina del ser en devenir) se puede ejercitar en sectores de investigación que, durante un tiempo, escapan a los potentados.
Se puede aplicar a la biología y a la química. Pero también describiendo el destino de una familia, se puede aplicar, sin dejarlo notar mucho. La relación de cada objeto con muchos otros, que cambian continuamente, es pensamiento peligroso para las dictaduras y puede expresarse de muchos modos, sin dar pretexto a la policía Una descripción minuciosa de todas las circunstancias, todos los procesos en que se encuentra implicado un hombre que abre una tabaquería, puede ser golpe serio para la dictadura.
Todos los que piensen un poco, encontrarán por qué. Los gobiernos que conducen las masas humanas a la miseria deben evitar que en la miseria se piense en los gobiernos. Entonces hablan mucho del destino. El destino -no los gobiernos- es responsable de la miseria. Se arresta a quien trate de descubrir las causas de la miseria, antes de que desenmascare al gobierno. Aún es posible oponerse, en general, a los discursos sobre el destino; se puede mostrar que el hombre hace su destino.
También a esto se puede llegar de diversos modos. Por ejemplo, se puede relatar la historia de una granja, digamos una granja de campesinos irlandeses.Todo el pueblo dice que la granja está maldita. Una campesina se tiró en el pozo, un campesino se colgó. Un buen día hay un matrimonio: el hijo del campesino se casa con una muchacha que aporta como dote algunas tierras. Y la maldición desaparece. El pueblo no está de acuerdo al juzgar este feliz acontecimiento. Unoslo atribuyen al excelente carácter del joven campesino; otros, a las tierras que la joven aportó como dote, y que permiten a la granja producir.Hasta con una poesía que describe un paisaje se puede hacer algo, si se incorporan a la naturaleza las cosas creadas por el hombre.
La maña se necesita para que la verdad se difunda.
CONCLUSION
La gran verdad de nuestro siglo (cuyo mero reconocimiento no basta, pero que si no se reconoce impide encontrar otras verdades importantes) es ésta: que nuestro continente se hunde en la barbarie, porque las relaciones de propiedad de los medios de producción se mantienen mediante la violencia.
¿De qué serviría un escrito valeroso, que mostrase la barbarie de las condiciones en que estamos por caer (lo que es cierto), si no se desprenden las razones por las cuales nos encontramos en tales condiciones? Debemos decir que los hombres son torturados porque no cambian las relaciones de propiedad. Claro, si lo decimos, perdemos muchos amigos que están contra la tortura, porque creen que las relaciones de propiedad se pueden mantener aún sin ella (lo que es falso).
Debemos decir la verdad sobre las condiciones bárbaras en nuestro país, y que se puede hacer lo posible para hacerlas desaparecer, o sea, algo que permita cambiar las relaciones de propiedad.
Debemos decirla, sobre todo, a los que sufren más que nadie estas relaciones de propiedad, que tienen el más grande interés en cambiarlas: a los obreros y a quienes se pueden convertir en sus aliados, porque efectivamente no poseen medios de producción, aunque están interesados en las ganancias.
En fin, debemos proceder con maña.
Debemos superar estas cinco dificultades al mismo tiempo, porque no podemos indagar la verdad sobre la barbarie de ciertas condiciones, sin pensar en los que sufren tal estado de cosas; y mientras -combatiendo cada impulso de pusilanimidad- tratamos de descubrir las verdaderas relaciones, mirando a los que están preparados para utilizar el conocimiento de ellas, debemos también pensar en ofrecerles la verdad, de tal modo que se convierta en arma en manos suyas, y con tanta maña, que el enemigo no descubra ésta.
Tal se requiere, cuando se pide al escritor escribir la verdad.
POSIBLEMENTE HOY EXISTAN NUEVAS DIFICULTADES PARA ESCRIBIR LA VERDAD.PERO CON ESTAS CINCO CONDICIONES DE BERTOLT BRECHT ALCANZARÍA PARA QUE LA VERDAD EXISTIERA EN ESTE MUNDO.
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viernes, 4 de mayo de 2007

El Che Guevara y el Cuadro Revolucionario

El Cuadro,Columna vertebral de la revolución

Septiembre de 1962
Che Guevara

Innecesario sería insistir en las características de nuestra Revolución, en la forma original, con algunos rasgos de espontaneidad, con que se produjo el tránsito de una revolución nacional libertadora, a una revolución socialista y en el cúmulo de etapas vividas a toda prisa en el curso de este desarrollo, que fue dirigido por los mismos actores de la epopeya inicial del Moncada, pasando por el Granma y terminando en la declaración de carácter socialista de la Revolución cubana. Nuevos simpatizantes, cuadros, organizaciones, se fueron sumando a la endeble estructura orgánica del movimiento inicial, hasta constituir el aluvión de pueblo que caracteriza nuestra Revolución.
Cuando se hizo patente que en Cuba una nueva clase social tomaba definitivamente el mando, se vieron también las grandes limitaciones que tendría en el ejercicio del poder estatal a causa de las condiciones en que encontráramos el Estado, sin cuadros para desarrollar el cúmulo enorme de tareas que debían cumplirse en el aparato estatal, en la organización política y en todo el frente económico.
En el momento siguiente a la toma del poder, los cargos burocráticos se designaron «a dedo»; no hubo mayores problemas, no los hubo porque todavía no estaba rota la vieja estructura. El aparato funcionaba con su andar lento y cansino de cosa vieja y casi sin vida, pero tenía una organización y, en ella, la coordinación suficiente para mantenerse por inercia, desdeñando los cambios políticos que se producían como preludio del cambio en la estructura económica.
El Movimiento 26 de Julio, hondamente herido por las luchas internas entre sus alas izquierda y derecha, no podía dedicarse a tareas constructivas; y el Partido Socialista Popular, por el hecho de soportar fieros embates y la ilegalidad durante años, no había podido desarrollar cuadros intermedios para afrontar las nuevas responsabilidades que se avecinaban.
Cuando se produjeron las primeras intervenciones estatales en la economía, la tarea de buscar cuadros no era muy complicada y se podía elegir entre muchas gentes que tenían alguna base mínima para ejercer el cargo de dirección. Pero, con el aceleramiento del proceso, ocurrido a partir de la nacionalización de las empresas norteamericanas y, posteriormente, de las grandes empresas cubanas, se produce una verdadera hambre de técnicos administrativos. Se siente, por otro lado, una necesidad angustiosa de técnicos de producción, debido al éxodo de muchos de ellos, atraídos por mejores posiciones ofrecidas por las compañías imperialistas en otras partes de América o en los mismos Estados Unidos, y el aparato político debe someterse a un intenso esfuerzo, en medio de las tareas de estructuración, para dar atención ideológica a una masa que entra en contacto con la Revolución, plena de ansias de aprender.
Todos cumplimos el papel como buenamente pudimos, pero no fue sin penas ni apuros. Muchos errores se cometieron en la parte administrativa del Ejecutivo, enormes fallas se cometieron por parte de los nuevos administradores de empresas, que tenían responsabilidades demasiado grandes en sus manos, y grandes y costosos errores cometimos también en el aparato político que, poco a poco, fue cayendo en una tranquila y placentera burocracia, identificado casi como trampolín para ascensos y para cargos burocráticos de mayor o menor cuantía, desligado totalmente de las masas.
El eje central de nuestros errores está en nuestra falta de sentimiento de la realidad en un momento dado, pero la herramienta que nos faltó, lo que fue embotando nuestra capacidad de percepción y convirtiendo al partido en un ente burocrático, poniendo en peligro la administración y la producción, fue la falta de cuadros desarrollados a nivel medio. La política de cuadros se hacía evidente como sinónimo de política de masas; establecer nuevamente el contacto con las masas, contacto estrechamente mantenido por la Revolución en la primera época de su vida, era la consigna. Pero establecerlo a través de algún tipo de aparato que permitiera sacarle el mayor provecho, tanto en la percepción de todos los latidos de las masas como en la transmisión de orientaciones políticas, que en muchos casos solamente fueron dadas por intervenciones personales del Primer Ministro Fidel Castro o de algunos otros líderes de la Revolución.
A esta altura podemos preguntarnos, ¿qué es un cuadro? Debemos decir que, un cuadro es un individuo que ha alcanzado el suficiente desarrollo político como para poder interpretar las grandes directivas emanadas del poder central, hacerlas suyas y transmitirlas como orientación a la masa, percibiendo además las manifestaciones que ésta haga de sus deseos y sus motivaciones más íntimas. Es un individuo de disciplina ideológica y administrativa, que conoce y practica el centralismo democrático y sabe valorar las contradicciones existentes en el método para aprovechar al máximo sus múltiples facetas; que sabe practicar en la producción el principio de la discusión colectiva y decisión y responsabilidad únicas, cuya fidelidad está probada y cuyo valor físico y moral se ha desarrollado al compás de su desarrollo ideológico, de tal manera que está dispuesto siempre a afrontar cualquier debate y a responder hasta con su vida de la buena marcha de la Revolución. Es, además, un individuo con capacidad de análisis propio, lo que le permite tomar las decisiones necesarias y practicar la iniciativa creadora de modo que no choque con la disciplina.
El cuadro, pues, es un creador, es un dirigente de alta estatura, un técnico de buen nivel político que puede, razonando dialécticamente, llevar adelante su sector de producción o desarrollar a la masa desde su puesto político de dirección.
Este ejemplar humano, aparentemente, rodeado de virtudes difíciles de alcanzar, está sin embargo, presente en el pueblo de Cuba y nos lo encontramos día a día. Lo esencial es aprovechar todas las oportunidades que hay para desarrollarlo al máximo, para educarlo, para sacar de cada personalidad el mayor provecho y convertirla en el valor más útil para la nación.
El desarrollo de un cuadro se logra en el quehacer diario; pero debe acometerse la tarea, además, de un modo sistemático en escuelas especiales, donde profesores competentes, ejemplos a la vez del alumnado, favorezcan el más rápido ascenso ideológico.
En un régimen que inicia la construcción del socialismo, no puede suponerse un cuadro que no tenga un alto desarrollo político, pero por desarrollo político no debe considerarse sólo el aprendizaje de la teoría marxista; debe también exigirse la responsabilidad del individuo por sus actos, la disciplina que coarte cualquier debilidad transitoria y que no esté reñida en una alta dosis de iniciativa, la preocupación constante por todos los problemas de la Revolución. Para desarrollarlo hay que empezar, por establecer el principio selectivo en la masa, es allí donde hay que buscar las personalidades nacientes, probadas en el sacrificio o que empiezan ahora a mostrar sus inquietudes, y llevarlas a escuelas especiales, o, en su defecto a cargos de mayor responsabilidad que lo prueben en el trabajo práctico.
Así hemos ido encontrando multitud de nuevos cuadros que se han desarrollado en estos años; pero su desarrollo no ha sido parejo, puesto que los jóvenes compañeros se han visto frente a la realidad de la creación revolucionaria sin una adecuada orientación de partido. Algunos han triunfado plenamente, pero hay muchos que no pudieron hacerlo completamente y quedaron a mitad del camino, o que, simplemente, se perdieron en el laberinto burocrático o en las tentaciones que da el poder.
Para asegurar el triunfo y la consolidación total de la Revolución necesitamos desarrollar cuadros de distintos tipos; el cuadro político que sea la base de nuestras organizaciones de masas, el que oriente a éstas a través de la acción del Partido Unido de la Revolución Socialista (ya se están empezando a sentar estas bases con las escuelas nacionales y provinciales de Instrucción Revolucionaria y con los estudios y círculos de estudios a todos los niveles); también se necesitan cuadros militares, para lograr lo cual se puede utilizar la selección que hizo la guerra en nuestros jóvenes combatientes, ya que quedó con vida una buena cantidad sin grandes conocimientos teóricos pero probados en el fuego, probados en las condiciones más duras de la lucha y de una fidelidad a toda prueba hacia el régimen revolucionario, a cuyo nacimiento y desarrollo están íntimamente unidos desde las primeras guerrillas de la Sierra. Debemos promover también cuadros económicos que se dediquen específicamente a las tareas difíciles de la planeación y a las tareas de la organización del Estado Socialista en estos momentos de creación. Es necesario trabajar con los profesionales, impulsando a los jóvenes a seguir alguna de las carreras técnicas más importantes, para tentar de darle a la ciencia el tono de entusiasmo ideológico que garantice un desarrollo acelerado. Y es imperativo crear el equipo administrativo que sepa aprovechar y acoplar los conocimientos técnicos específicos de los demás y orientar las empresas y otras organizaciones del Estado para acoplarlas al fuerte ritmo de la Revolución. Para todos ellos, el denominador común es la claridad política. Esta no consiste en el apoyo incondicional o los postulados de la Revolución, sino en un apoyo razonado, en una gran capacidad de sacrificio y en una capacidad dialéctica de análisis que permita hacer continuos aportes, a todos los niveles, a la rica teoría y práctica de la Revolución. Estos compañeros deben seleccionarse de las masas, aplicando el principio único de que el mejor sobresalga y que al mejor se le den las mayores oportunidades de desarrollo.
En todos estos lugares, la función del cuadro, a pesar de ocupar frentes distintos, es la misma. El cuadro es la pieza maestra del motor ideológico que es el Partido Unido de la Revolución. Es lo que pudiéramos llamar un tornillo dinámico de este motor; tornillo en cuanto a pieza funcional que asegura su correcto funcionamiento, dinámico en cuanto a que no es un simple trasmisor hacia arriba o hacia abajo de lemas o demandas, sino un creador que ayudará al desarrollo de las masas y a la información de los dirigentes, sirviendo de punto de contacto con aquéllas. Tiene una importante misión de vigilancia para que no se liquide el gran espíritu de la Revolución, para que ésta no duerma, no disminuya su ritmo. Es un lugar sensible; transmite lo que viene de la masa y le infunde lo que orienta el Partido.
Desarrollar los cuadros, es, pues, una tarea inaplazable del momento. El desarrollo de los cuadros ha sido tomado con gran empeño por el Gobierno Revolucionario; con sus programas de becas siguiendo principios selectivos, con los programas de estudio de los obreros, dando distintas oportunidades de desarrollo tecnológico, con el desarrollo de las escuelas técnicas especiales, con el desarrollo de las escuelas secundarias y las universidades abriendo nuevas carreras, con el desarrollo, en fin del estudio, el trabajo y la vigilancia revolucionaria como lemas de toda nuestra patria, basados fundamentalmente en la Unión de Jóvenes Comunistas, de donde deben salir los cuadros de todo tipo y aun los cuadros dirigentes de la Revolución en el futuro.
Intimamente ligado al concepto de «cuadro» está el de la capacidad de sacrificio, de demostrar con el propio ejemplo las verdades y consignas de la Revolución. El cuadro, como dirigente político, debe ganarse el respeto de los trabajadores con su acción. Es imprescindible que cuente con la consideración y el cariño de los compañeros a quienes debe guiar por los caminos de vanguardia.
Por todo ello, no hay mejor cuadro que aquel cuya elección efectúa la masa en las asambleas que designan los obreros ejemplares, los que serán integrados al PURS junto con los antiguos miembros de las ORI que pasen todas las pruebas selectivas exigidas. Al principio constituirán un partido pequeño, pero su influencia entre los trabajadores será inmensa; luego éste se agrandará cuando el avance de la conciencia socialista vaya convirtiendo en una necesidad el trabajo y la entrega total a la causa del pueblo. Con dirigentes medios de esa categoría, las difíciles tareas que tenemos delante se cumplirán con menos contratiempos. Luego de un período de desconcierto y de malos métodos se ha llegado a la política justa, la que no será abandonada jamás. Con el impulso siempre renovado de la clase obrera, nutriendo con sus fuentes inagotables las filas del futuro Partido Unido de la Revolución Socialista, y con la rectoría de nuestro partido, entramos de lleno en la tarea de formación de cuadros que garanticen el desarrollo impetuoso de nuestra Revolución. Hay que triunfar en el empeño.
[Revista Cuba Socialista, septiembre 1962.]
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martes, 1 de mayo de 2007

Trabajo y Empleo; Conceptos diferentes¡

Trabajo y Empleo es lo mismo?
Por: Pedro Patiño
Red Bolivariana

El concepto de Trabajo y Empleo siempre son utilizados de la misma forma; siendo esto un error. Consultemos el DRAE para ver como definen estos términos. Trabajo: Cultivar la tierra; Funcionar una Maquina o Aparato; Actividad que requiere esfuerzo físico e intelectual. En lo Económico define el trabajo como: Esfuerzo Humano aplicado a la producción de riqueza.
Empleo: Ocupación laboral que desempeña alguien para ganarse la vida; Persona que ocupa un cargo o empleo retribuido, y, especialmente, dependiente asalariado que trabaja en una oficina o establecimiento mercantil.

Pero vamos aplicarle un poco de ciencia económica a la palabra Trabajo. Vayamos a Karl Marx, el barbudo nos dice: “ La relación mas importante del hombre con la naturaleza es la obtención de alimentos y bienes que le permitan subsistir y vivir cada vez mejor”, continua diciendo Marx “ Pero hay una relación que es la fundamental, la sociedad con la naturaleza y la resultante de esta relación es la obtención de bienes - sean frutas, o vestidos, o automóviles, etc.- a través de un proceso que se llama “ Trabajo””.

El “ Trabajo” es, pues, la relación fundamental y necesaria del hombre con la naturaleza. No importa si el trabajo es de sembrar y cosechar, o fundir el hierro o fabricar con él objetos de uso personal o hacer las nominas de los obreros que trabajan en las fabricas, o dar las ordenes para organizar el trabajo de los operarios o buscar el dinero para todo ello, no importa que etapa por remota que sea o parezca, siempre estamos en presencia de un fenómeno de obtención de bienes o de transformación de los mismos o de su intercambio o distribución entre los miembros de la sociedad. Visto desde este punto de vista, el “Trabajo” adquiere una importancia trascendental; es el cimiento que sostiene a toda la sociedad. Sin trabajo no hay sociedad; no hay civilización. Podemos definir entonces en Trabajo como : Actividad Humana dedicada a la producción de bienes para la Sociedad. Sobre el Empleo podemos utilizar lo dicho por Viviana Forrester de nacionalidad francesa “Es necesario que los jóvenes entiendan que hay una gran diferencia entre trabajo y empleo. El trabajo es una función profundamente inherente a la persona humana, mientras que el empleo es un sector del trabajo que, por su parte, no le es nada inherente. Los jóvenes tienen que entender que la dignidad no depende de sí tienen o no un empleo. Tal vez dependa del amor al trabajo, pero sobre todo depende de la capacidad de darle un verdadero sentido a la vida propia. Y solo la educación puede darle sentido a la vida de cada cual, con o sin empleo.”